Fabricio Ojeda presidió la Junta Patriótica creada en
1.957 para organizar y coordinar la lucha contra la dictadura de Marcos Pérez
Jiménez, que cayó el 23 de Enero de 1.958. Esta Junta fue constituida por los
partidos políticos AD, COPEI, URD y el
PCV, pero el 20 de Enero de 1.958, tres días antes de la caída de la dictadura,
Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba, de los tres primeros partidos políticos,
firmaron el “Pacto de Nueva York” coordinados por Maurice Bergbaum (Jefe de Asuntos Latinoamericanos del Departamento
de Estado de USA).
Ese pacto fue firmado para garantizarle al imperio
norteamericano que los tres partidos se comprometían a continuar la entrega de
Venezuela a los intereses políticos y económicos de USA, luego de que Pérez
Jiménez abandonara el poder. Posteriormente estos partidos políticos firmaron
el 31 de Octubre de 1.958 el Pacto de Punto Fijo para alternarse el poder y
cumplir el Pacto de Nueva York.
El diputado, periodista, maestro y revolucionario
Fabricio Ojeda, el 30 de Junio de 1.962 puso su renuncia a la diputación en el
Congreso Nacional debido a que el gobierno puntofijista presidido por Rómulo
Betancourt ya había comenzado a traicionar la revolución democrática del 23 de
Enero de 1.958, traicionando a las clases desposeídas y entregando de nuevo a
Venezuela al imperio estadounidense, al igual que lo hizo Pérez Jiménez, con lo
cual confirmaban su posición apátrida, antipatriótica y lacaya ante USA.
Fabricio Ojeda se fue a las montañas a sumarse a la
lucha guerrillera contra el nuevo gobierno de la burguesía y el imperialismo,
ya que la vía pacífica estaba ya
imposibilitada, porque los lacayos del imperio habían cerrado la vía
legal con la persecución, prisión, tortura, asesinato y desaparición de los
dirigentes populares. Fue capturado y sentenciado a 18 años de prisión por un
Consejo de Guerra, y fue asesinado en un calabozo del SIFA, (Servicio de
Inteligencia de las Fuerzas Armadas Nacionales), y colgado en sus barrotes.
Hoy a 48 años de su asesinato, Venezuela vive un
ensayo reformista, lográndose con ello algunas reivindicaciones socio económicas
para las clases sociales marginadas y explotadas. Esto se ha hecho a través de
las Misiones, incluyéndose a estos sectores sociales en planes y programas
médico asistenciales, alimentarios, habitacionales, educativos y otros. Pero,
esos beneficios que la masa desposeída
comenzó a obtener desde 1998, se ha debido no a una transformación radical de
la nación y a eficiencia y eficacia de políticas que hayan aumentado la
diversificación de la economía y el aumento de la productividad interna no
petrolera. Todo lo contrario, ese reparto de beneficios se ha debido única y
exclusivamente a los altísimos precios
del petróleo lo que ha generado una montaña de ingresos de dólares a país nunca
antes vista (el 96 % de los ingresos del país). Y para colmo, el país hasta
Enero del año pasado había alcanzado una gigantesca deuda externa de más de 108
mil millones de dólares, tres veces más de la deuda dejada por los últimos
gobiernos de la cuarta república.
Con el triunfo del Comandante Hugo Chávez Frías y el
MVR en el año 1.998, se renovaba la esperanza del pueblo venezolano en acabar
con la corrupción y los groseros privilegios de una clase política y social que
siempre se ha adueñado de los inmensos ingresos petroleros y filtrando las migajas
para el pueblo venezolano, desde la aparición del petróleo hasta hoy. Estas
medidas se han efectuado en el marco político del reformismo, sin variar en
nada la estructura económica, social y política del país, ya que la clase
política proveniente de AD, COPEI y sus diversos descendientes, penetraron el
PSUV y han continuado en las instituciones del Estado Venezolano, desplazando a
sus antiguos jefes partidistas y constituyéndose en los herejes y saboteadores
de este nuevo ensayo democrático para producir su fracaso. De esta manera se
han convertido en la nueva oligarquía a partir de la burocratización, el
nepotismo, la ineficiencia y la corrupción.
Fue una funesta traición la que se cometió contra la
revolución democrática de 1.958 por parte
de los factores de la derecha de AD,
COPEI y URD, pero otra traición se
produce contra el nuevo ensayo
democrático bolivariano por parte de factores de derecha del PSUV. En los años de gobiernos dictatoriales, la
corrupción fortaleció a la oligarquía que se constituyó en el seno de esos
gobiernos. Desde 1.958 hasta 1.998 continuó esa oligarquía agigantándose a
través de la delincuencia administrativa. También en estos 14 años, una nueva
oligarquía se ha conformado mediante la corrupción administrativa.
Uno de las causas por las cuales Fabricio Ojeda
abandonó su cargo de diputado en el Congreso Nacional lanzándose a la lucha guerrillera, fue
la nueva corrupción de las cúpulas de AD
y COPEI en funciones de gobierno. Esa misma práctica política delincuencial es la que ha desvirtuado y
traicionado al proyecto original bolivariano. Todos los venezolanos vieron en
el comandante Chávez una mano dura que
podía acabar con el cáncer de la corrupción, pero no lo logró, por el contrario
ese flagelo se incrementó, pues las cortes provenientes de la derecha política
lo secuestraron políticamente, y comenzaron a premiarse entre si ante cada acto
de corrupción cometida en los altos y medianos cargos de la administración
pública. Esto continúa ocurriendo en la
actual administración del presidente
Nicolás Maduro.
Es una ironía y una burla a la memoria de Fabricio
Ojeda el hecho de que se utilice su
figura en la celebración de la caída de la dictadura de Pérez Jiménez por parte de un gobierno que enmascara, tolera y premia a los corruptos, aún cuando
hayan caído algunos funcionarios públicos por no pertenecer a los grupos de
poder del PSUV. Esa celebración y las que vienen, deben ser dirigidas y
protagonizadas por organizaciones populares y revolucionarias y no por la
derecha gubernamental.
Por estos motivos
hoy se hace necesario e impostergable dar pasos en la orientación y
organización del pueblo para la defensa y el relanzamiento del proyecto
original bolivariano del MBR-200 hacia la construcción de un país fundamentado en el equilibrio, la igualdad y
la libertad sin privilegios cupulares. Con este compromiso político fabricista,
renovaremos la esperanza en el pueblo venezolano de construir una nueva
alternativa revolucionaria y verdaderamente bolivariana con Vanguardia
Bicentenaria Republicana.
ALIRIO GIL,
MIEMBRO DE LA CORRIENTE DEL PENSAMIENTO BOLIVARIANO Y SOCIALISTA “FABRICIO
OJEDA”. ENERO 2.014.
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