miércoles, 26 de febrero de 2014

HEINZ DIETERICH: Maduro no termina su mandato

Dieterich: ”No llegará más
allá de marzo/abril de 2014

 Se trata de Heinz Steffan. Modelo agotado.
 Cómo salvar la economía venezolana y el Bolivarianismo.
 El ideólogo del ‘socialismo del siglo XXI’ arremete contra la gestión del presidente venezolano.
 El intelectual de izquierda y profesor de la Unam, Heinz Dieterich, ha publicado hoy en el portal Aporrea, un artículo donde demuele las figuras de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.
 Los escenarios de la eventual caída son evidentes: movilizaciones callejeras dirigidas por Washington y la derecha, o una alianza destituidora y sustitutiva entre Fuerzas Armadas y Gobernadores”, manifestó.
 Va más allá y se atreve a hacer un pronóstico “Si el gobierno de Maduro/Cabello no toma medidas inteligentes y drásticas de manera inmediata en lo económico y político, tiene los meses contados. Bajo esa premisa consideramos que no llegará más allá de marzo/abril 2014″.
En su artículo Dieterich explica que el modelo económico impulsado por Chávez no ha tomado ninguna medida de economía socialista. “El modelo político-económico desarrollado por Hugo Chávez después del 2003, nunca fue más que un desarrollismo progresista, semejante al primer gobierno del General Perón. Dieterich insiste en que “dada la incapacidad total para enfrentar los problemas del país, es poco probable que pueda evitar su colapso, salvo una reestructuración radical del modelo económico del presidente Chávez”.
El ideólogo estima que el país podría terminar el año con una inflación alrededor de 58%, por la inyección de dinero que supondrán las elecciones municipales y el pago de utilidades.
Esto forma parte de la inyección de liquidez monetaria que ha aplicado el Gobierno, que en el último año ha aumentado en 66,5%.
“Ante este panorama, el aumento del 45% al salario mínimo anunciado por el Presidente Maduro para el 2013, ni siquiera compensa la pérdida de la capacidad adquisitiva de los trabajadores respectivos”, agregó.
El proceso bolivariano está en crisis y para salvarlo se necesita una sola cosa: humildad. Así lo aseguró este lunes el exasesor informal de Hugo Chávez, Heinz Dieterich, en un artículo que publicó en el portal Aporrea.
“La actitud de autosuficienca del círculo gobernante (venezolano) es tal que no escucha razones científicas ni de sentido común. Sólo un peso pesado como Correa o Fidel Castro pueden romper tal locura”.
Para Dieterich, la revolución bolivariana requiere de una “reconfiguración a fondo de todo el sistema económico-político, que abarque los aspectos monetario, fiscal, económico, social, discursivo, jurídico-penal y político”, basada en el valor real del bolívar frente al dólar.
Y es que Dieterich dice: “El destino de la economía venezolana se rige por dos precios: el del petróleo y el del dólar. El primero lo determina el mercado mundial. El segundo lo determina exclusivamente el gobierno venezolano”.
El sociólogo alemán Heinz Dieterich Steffan es una autoridad destacada a la hora de hablar del chavismo. El intelectual supo asesorar a Hugo Chávez y acuñó el concepto “socialismo del siglo XXI”, que dotó de contenido a la Revolución Bolivariana. Pero sus críticas al régimen político que ayudó a edificar lo alejaron de Venezuela. Desde México, donde da clases en la Universidad Autónoma Metropolina (UAM), cuestionó “las muestras de debilidad, inmadurez y falta de liderazgo” de Nicolás Maduro.
—¿Chávez se equivocó al elegir a Maduro?
—En el momento de agudizarse su enfermedad, Chávez no había preparado a su sustituto. Ante la emergencia, confiaba más en Maduro que en Diosdado Cabello. Sabía que Maduro era muy limitado. Y también sabía que no había salvación de esa terrible enfermedad. Posiblemente, dijo: “Que el Partido y el pueblo se arreglen. Me basta con excluir a Cabello”. Ahora hay que arreglar la hipoteca que Chávez dejó. Lo que necesita Venezuela es un Deng Xiaoping para una transición pacífica hacia una economía viable y para la neutralización de la derecha violenta.
—¿Logrará terminar Maduro su mandato a presidente?
—No creo, no le veo ningún futuro. Lo idóneo sería dejarlo formalmente como presidente para que “eche sus rollos” en plazas públicas, pero entregar la conducción de facto a un colectivo de gente capaz de salvar al bolivarianismo. El problema es que el gabinete está compuesto por jóvenes arribistas mediocres y, por otra parte, por una vieja generación de izquierda del socialismo del siglo XX, que actúa como si estuvieran en la toma del Palacio de Invierno. Ambos grupos están unidos en su afán de poder. Es una élite de preservación del statu quo, no una vanguardia de transformación social.
—¿Por qué no estallan las internas del gobierno?
—Bajo Chávez, la disidencia al líder significaba el ostracismo. Los que se atrevieron a protestar en las reuniones de gabinete se expusieron a la ira del comandante. Mi amigo Chávez creó toda una cultura política de sumisión dentro de la nomenclatura oficialista que perdura hasta hoy.
—¿Venezuela encarna el socialismo del siglo XXI?
—Ese modelo nunca se adoptó. El presidente no lo hizo y las fuerzas políticas como el Partido Comunista y los que se entienden como trotskistas están totalmente atrasados en su visión política del mundo.
—¿Maduro necesita que el kirchnerismo continúe presidiendo la Argentina?
—Sí, porque cualquier eslabón de la cadena de centroizquierda regional que se rompe pone en peligro al resto.

La autosuficiencia de Maduro y el círculo gobernante está destruyendo el proceso bolivariano. El tema más comentado en Venezuela.
A continuación el artículo:
 1. Salvación instantánea en dos días.
Si Maduro y Cabello quieren salvar el proceso tienen una solución inmediata: llamen a Rafael Correa, único Presidente latinoamericano que tiene una comprensión profunda (científica) de la economía de mercado. Tráiganlo discretamente una tarde con su equipo económico, denle las estadísticas reales de la crisis para estudiarlas en la noche y pídanle para la tarde siguiente un plan de rescate. Así evitarán el colapso.
¿Quiere decir esto que Correa es un genio o que en Venezuela no hay buenos economistas? Claro que no. Entonces, ¿por qué traerlo? Porque cambiar el rumbo y salvar al Titanic no es un problema de conocimiento, sino de poder. Todo economista venezolano bueno –keynesiano, neoliberal o marxista– sabe que hay sólo dos o tres opciones posibles. Pero, la actitud de autosuficiencia del círculo gobernante es tal que no escucha razones científicas ni de sentido común. Sólo un peso pesado como Correa o Fidel Castro puede romper tal locura.
 2. Fin de parches económicos: necesidad de reconfiguración total
Hugo Chávez realizó durante su gobierno cinco ajustes al sistema cambiario, incluso devaluaciones. Ninguno de esos ajustes ha sido suficiente para impedir el desastre actual. Esta vez se necesita una reconfiguración a fondo de todo el sistema económico-político, que abarque los aspectos monetario, fiscal, económico, social, discursivo, jurídico-penal y político. En una palabra, se necesita un nuevo paradigma de la Revolución.
 3. Ganar con las ciencias militares y económicas
Para que la ofensiva estratégica de salvación –la reconfiguración– triunfe tiene que cumplir con tres requisitos. Dos de la ciencia militar y uno de la ciencia económica: a) toda ofensiva exitosa requiere sorpresa, objetivos claros y poder de fuego (surprise, objective, mass); b) el centro de gravitación tiene que estar definido en términos de lugar, momento y concentración de fuerzas de la batalla decisiva, para quebrar al adversario; c) toda reconfiguración tiene que partir del valor real del Bolívar frente al dólar.
 4. Chávez y los precios del destino: petróleo y dólar
El destino de la economía venezolana se rige por dos precios: el del petróleo y el del dólar. El primero lo determina el mercado mundial. El segundo lo determina exclusivamente el gobierno venezolano. Controlar estatalmente el tipo de cambio y los volúmenes de entrega interna del dólar, fue una sugerencia que Fidel le hizo a Hugo Chávez, en el 2003. Después de tres intentos de golpe de Estado de la oligarquía/Washington, la medida fue necesaria y correcta para impedir que la oligarquía colapsara el proceso mediante la fuga de capitales. Fue funcional a corto plazo para evitar una hemorragia económica inducida, pero a mediano plazo no podía funcionar en una economía de mercado abierta. La drástica devaluación del Bolívar que hizo Hugo Chávez en 2010, demostró esa verdad previsible.
 5. Chávez compra la paz interna con los petrodólares
Si este desenlace era previsible, ¿por qué el Comandante mantuvo el sistema cambiario hasta que se convirtió en la bomba de tiempo que hoy amenaza a destruir el Bolivarianismo? La respuesta es obvia. El mecanismo se había convertido de un mecanismo de control de la burguesía en un mecanismo de su cooptación: un mecanismo de cooperación de clase. Por eso, cuando Vielma Mora y Samán interfieren con esta alianza estratégica de clase, tomando en serio los discursos “socialistas” del Presidente, tienen que irse.
Fue el mismo Presidente que, apenas instalado los controles del dólar (2003), permitió que no se aplicó con rigor operativo el modelo. Su estratagema de comprar la paz interna a la burguesía fue un éxito político; pero se realizó al precio de corromper el Estado en la entrega fraudulenta de divisas, de despilfarrar parcialmente el plusvalor económico petrolero en la pacificación de la burguesía, y de no sanar estructuralmente a la economía, porque la burguesía venezolana nunca tuvo interés alguno en desarrollar el país. La única alternativa a esta operación de compra-venta de los “mantuanos” –una clase dominante antagónica– consistía en destruirla. Inmediatamente después del golpe fallido y, probablemente durante los años 2004-8, había condiciones para hacerlo. Pero, por las razones que fuesen, el Comandante optó por no hacerlo.
Las mismas estadísticas del Estado demuestran irrefutablemente esa política desarrollista de colaboración estratégica de clases supuestamente antagónicas: la vieja clase dominante y la nueva clase política “bolivariana”. Lamentable, esa alianza fue escondida ante las masas mediante un fantasioso discurso de “socialismo cristiano y bolivariano” y una gigantesca máquina estatal de propaganda que marginaba a toda persona que pretendía revelar la verdad de lo que sucedía.
 6. La burguesía cancela el contrato de compraventa
Fallecido el Comandante, la burguesía, encabezada por Henrique Capriles y Henri Falcón, decidió cancelar ese “contrato social” peculiar. Ante la débil política “New Age” de Maduro y Cabello, completo con karma y pajaritos reencarnados, no se contenta ya con una fracción del plusvalor petrolero: quiere el 100%, aún a precio de un trueque … con la sangre del pueblo.
 7. La batalla decisiva: el control del dólar
El precio del dólar es el pilar de las distorsiones sistémicas de precios y flujos reales de la economía venezolana. Por lo tanto, es el centro de gravitación de la ofensiva-reconfiguración. Quitarle a la burguesía su parasitario ingreso en dólares tiene la consecuencia de volver a la situación pregolpista de antes del 2003.
 8. Operación Rescate
Teniendo en cuenta las especificaciones del punto “3”, se debe flotar el dólar libremente para liquidar de tajo el mercado negro y la especulación. Para sustentar el valor de la moneda recuperada, todos los convenios de petróleo y minerales deben realizarse en bolívares. Paralelamente, es imperativo quebrar los monopolios privados y disolver los cuellos de botella del Estado que sólo sirven para el enriquecimiento de sectores corrompidos y privilegiados. La libre importación de mercancías es fundamental para acabar con el desabastecimiento y las corruptelas permanentes. Tales medidas generarán a corto plazo un aumento de determinados precios que el Estado tiene que compensar con subsidios directos a los consumidores y a pequeñas y medianas empresas, no con subsidios generales a la burguesía, como sucede ahora. La ventaja de estas medidas es que el sistema de precios volverá a cumplir su función cibernética de transparentar los precios relativos reales de la economía y orientar los flujos de trabajo, capital y mercancías y, al mismo tiempo, deja de servir para expoliar especulativamente a los ciudadanos.
Una vez transparentada la estructura real de precios en el país se puede establecer un régimen de flotación sucia, de cambio fijo o un sistema del tipo que usaron Taiwán y Corea del Sur en su fase de industrialización. Para que funcione tal sistema hay que regular a los capitalistas y penalizar la fuga de capitales drásticamente, tal como hizo Corea del Sur en su momento: diez años de cárcel e incluso, la pena capital. Como éticamente no es justificable la pena de muerte, sería el equivalente de una penalización de 30 años. Iniciar una política fiscal rigurosa contra la burguesía y los funcionarios corruptos es fundamental. Y diseñar un discurso que explique a la población que la sanación de la economía pasa por esta reconfiguración y que el equipo que lo ejecute es el único garante de la paz interna y del futuro, es vital.
 9. ¿Quién salva el Titanic “bolivariano”?
Escuchar al Ministro de Planificación (sic), Jorge Giordani, que se acuesta y se levanta con Gramsci y la “hegemonía revolucionaria”, plantear, que “El regalado se acabó, sea la gasolina, la electricidad y la vivienda bien dotada”, o cuando se ve a Maduro hablar de pájaros-reencarnación de Chávez, se asoma la duda de que esa conducción “bolivariana” haya entendido el dilema en que se encuentra y las formas de superarlo.
Más allá de la injusticia, la idea de Giordani, de servirle durante una década a la oligarquía con la cuchara grande y plantear ahora hacerle pagar al pueblo la nefasta y costosa alianza con la clase dominante, sería suicida políticamente tocar esos servicios básicos y las Misiones Sociales. El hecho de que Giordani piense en semejante “solución”, demuestra que está totalmente desconectado de la realidad, al igual que sus colegas.
La nueva clase política que ha generado el proceso de Chávez, hoy día ya es el hermano gemelo de la de la 4ta República. Si dentro de ella puede surgir una dirección colegiada y vanguardista para evitar el colapso, es dudoso. En la dicción mística de la nueva clase: ¿Cuál es el karma del Bolivarianismo? O, en buen romance: ¿Habrá un nuevo Chávez que pacíficamente termine con esta tragicomedia? Mientras esperamos respuestas a esta pregunta vital, debemos construir entre todos el modelo económico de salvación que necesitamos.

COMENTARIO DEL SECRETARIADO POLÍTICO DE VANGUARDIA BICENTENARIA REPUBLICANA, VBR, DEL ESTADO TRUJILLO.

Heins Dieterich  califica de "vieja clase dominante"  al sector social que se enriqueció en funciones de gobierno desde la dictadura de Juan Vicente Gómez hasta 1.988. A esa clase dominante nosotros denominamos la oligarquía tradicional; y a ese nuevo sector social que se ha enriquecido en 15 años en funciones de gobierno, Dieterich la califica de "nueva clase política bolivariana", VBR de Trujillo ha denominado a esos nuevos ricos del país la nueva oligarquía multicolor del PSUV. Multicolor porque los dirigentes nacionales y regionales  del PSUV, que han formado varios  grupos de poder en el gobierno, provienen de varias organizaciones políticas que se identificaron en el pasado cuarto republicano con sus respectivos colores. 

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