En
la oportunidad de conmemorar el Vigésimo segundo aniversario de la gesta del 4
de febrero de 1992 es propicia la oportunidad para hacer profundas reflexiones
acerca de cuales han sido los logros de mayor significación alcanzados en
este período. Es obligado remitirnos a los objetivos estratégicos de la
revolución bolivariana en donde sobresale la idea de rescatar la soberanía
popular para construir sobre ella el poder popular que se constituye en la
columna vertebral de nuestro proyecto; es decir, pasar de la democracia
representativa en donde el pueblo le entrega toda su soberanía al gobierno y al
Estado (poder constituido), para cruzar un puente transicional y construir la
verdadera democracia; donde el pueblo es sujeto y objeto de la
trasformación, la democracia participativa y protagónica.
Por
supuesto, para llegar a cumplir este objetivo estratégico es necesario lograr
algunas metas, como lo es: “la liberación nacional”, que supone la
independencia de toda forma de dominación imperial de potencia extranjera
alguna o coloniaje de fuerza exterior en la vida interna de la nación, la
situación actual de la soberanía alimentaria, en cuanto a la relación de los
bienes y servicios que se importan y los que se producen en el país.
¿Hemos cambiado el modelo monoproductor y exportador de materias primas por un
modelo técnico y científico para avanzar en la industrialización del país? La
sustitución de centros de poderes económicos y financieros ha modificado el
tradicional cuadro de dependencia y en cuanto a la soberanía y la
autodeterminación ¿cuál es el balance que tiene el país a través de la política
exterior? La democracia socialista propuesta en estos 22 años es la respuesta a
la democracia burguesa, elitista y excluyente que controla al Estado para
ponerlo al servicio de una casta privilegiada en perjuicio de las mayorías
populares. El socialismo supone poner las riquezas de la nación libre y
soberana al servicio del progreso y la justicia social; socializar las riquezas
brindando igualdad de posibilidades a todos los nacionales dentro de un estado
de derecho y de justicia; la democracia participativa y protagónica define el
marco político en la construcción del socialismo, luego cabe precisar el lugar
que en la praxis del socialismo ocupa la independencia nacional y el poder del
Estado, entonces nos preguntamos: ¿ se puede hablar de socialismo sin plena
liberación nacional, sin la transferencia del poder del Estado al pueblo
(soberanía popular) y sus propiedades?, ¿en que momento nos encontramos en el
proceso fundacional de la V República? , porque hasta ahora seguimos en la
cuarta.
La
transición es un elemento importante dentro de este proceso. En nuestro modelo
ésta reúne características muy particulares dado el carácter pacífico y
democrático del proceso, el origen electoral del poder constituido
(gobernadores, alcaldes, diputados…) y el mandato constituyente que debe ser
observado con mucho cuidado, porque ordena la recuperación plena de la
soberanía popular por parte del pueblo (poder constituyente); entonces cabe
preguntase ¿cómo garantizar la gobernabilidad democrática de la revolución?
El capitalismo se debe erradicar en su
estructura, no en su titularidad, lo que supone la trasferencia de la propiedad
de los medios de producción al pueblo organizado, para que este de manera
directa ejerza la función productiva sin intermediación del Estado. De lo
contrario sería sustituir el capitalismo de la burguesía por el capitalismo de
Estado.
La
falta de un balance objetivo de las políticas ejecutadas hasta ahora no permite
una valoración justa sobre lo positivo y lo negativo de éstas, dando como
resultado incertidumbre y dudas sobre la reorientación de proyectos del
gobierno y el mismo proceso bolivariano en cuanto a su visión y misión
estratégica en el marco de la realidad nacional y las relaciones
internacionales.
¿Qué ha pasado con los modos de
producción y la prosperidad: cooperativas, núcleos endógenos, fundos zamoranos,
consejos comunales, comunas y otros? También la eficacia de las expropiaciones
y la recuperación de tierras y bienes en el desmontaje del capitalismo. ¿Cual
ha sido el nuevo destino de estos bienes, ahora bajo el control y la autoridad
del Estado?
Por
otro lado debemos hablar de los objetivos tácticos de la revolución
preguntándonos ¿si existe una política definida por parte del gobierno que
atienda las exigencias coyunturales en función de los objetivos
estratégicos del proyecto bolivariano?; porque Hugo Chávez instruyó en
diferentes momentos algunas directrices en este sentido: contraloría social,
revolución dentro de la revolución, guerra al burocratismo y la
corrupción, revisión-rectificación-reimpulso (R.R.R). Ahora, ¿Cuánto de este
mandato del líder tiene como destinatario al gobierno y si fueron desatendidos
cual fue el por qué? Las consecuencias negativas y las correcciones para
implementar nuevas políticas en función de los propósitos programáticos y
políticos.
La
democracia es un sistema político y social para sociedades maduras en
donde los ciudadanos son conscientes de sus deberes y derechos y auto
controlan la aplicación de normas de convivencia social, las interrelaciones
colectivas y la participación individual en el funcionamiento de la ciudad y del
Estado. En las sociedades subdesarrolladas se puede aspirar y llegar a ese
nivel por la vía de una educación individual y colectiva, que aplique un modelo
planificado y consciente de educación “Moral y Luces”, que requiere en su
inicio de una buena dosis de disciplina para preparar a la población en
su autocontrol. Hasta ahora no ha habido un llamado al pueblo para iniciar un
proceso hacia una constituyente educativa y elaborar un nuevo modelo educativo
para estar en concordancia con lo que decía el Libertador Simón Bolívar en
Angostura en 1819 “ moral y luces son los polos de una república, moral y luces
son nuestras primeras necesidades”, es decir que la lucha por la independencia
política debe completarse con la revolución en la educación, que es la vía para
formar al hombre nuevo, capaz de vivir y practicar consciente y habitualmente
la soberanía popular, que sigue siendo un concepto novedoso de vida para
las masas y una gran debilidad objetiva, por el riesgo de que un pueblo
ignorante se convierte en un instrumento ciego de su propia destrucción y
avasallamiento, al seguir mentalmente anclado en su cultura de subordinación
humillada y voluntariamente aceptada por su hábitos de vasallo ancestral.
Yoel Acosta Chirinos.
C.I: 3.362.700
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