Está
claro que la motivación inicial del proyecto bolivariano fue la lucha por una
democracia participativa, la ética, la moral, la soberanía nacional, la
independencia de los poderes públicos, la eliminación de la exclusión social por
una política de inclusión, un Estado social de derecho y de justicia, la
libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la corresponsabilidad
social, la construcción del poder popular, y otras basadas en el artículo 5to
de la CRBV; en la práctica solo se ha
hecho demagogia y populismo con estos principios, aún cuando se han
desplazado beneficios sociales a través de las misiones a los sectores más
golpeados que fueron marginados durante
la cuarta República .
Pero,
debido a la burla y desviación del proyecto original bolivariano, zamorano y
robinsoniano, se ha producido una insatisfacción y frustración en la sociedad
venezolana, la cual ha sido aprovechada
por sectores extremistas de la oposición identificados con el fascismo. Estos
sectores nazis fascistas han ejecutado barricadas, asesinatos y quema de
instituciones públicas y privadas, creyendo que esa inmensa población
insatisfecha iba a seguirlos en sus acciones vandálicas.
Pero
el fondo del conflicto actual no es una lucha de clases entre explotados y
explotadores como lo afirman dogmáticamente ciertos sectores políticos evocando
a Carlos Marx, Lenin, Federico Engels y a Mao Tsetun entre otros. Si bien es cierto que los cinco
comandantes del 4 de Febrero se revelaron contra el régimen de la vieja
oligarquía y de la burguesía parasitaria
vinculada con el capital transnacional, evocando a Bolívar, Zamora y a Simón
Rodríguez, también es cierto que el proyecto original fue desviado por una nueva cúpula proveniente
de los viejos partidos políticos, constituyéndose
también en una nueva oligarquía; y como el proyecto original fue desviado, se
han aplicado ciertas medidas de beneficencia social debido a los altos
volúmenes de recursos originados por el salto del precio del petróleo de 7 $ a
más de 100 $ por barril , pero esas medidas no llegan a ser ni siquiera
reformas, mucho menos una revolución.
La
lucha bolivariana inicial fue enajenada y secuestrada por cúpulas que han hecho
un capitalismo de Estado sin comprometer las estructuras sociales, económicas,
políticas, y han mantenido una práctica
inmoral y anti ética contraria a la filosofía de la moral y de la ética de
Bolívar, Zamora y Simón Rodríguez. Hasta ahora ha existido una caricatura de
poder popular y una parodia de revolución, es decir, una imitación burlesca del
proyecto bolivariano original. No somos sectarios ni extremistas, pues
reconocemos que un porcentaje
considerable de recursos han ido a parar al pueblo, pero el grueso de esos
recursos ha ido a parar a manos de gobernantes, sin control ni contraloría
social, formando una nueva oligarquía heterodoxa vestida con un disfraz de izquierda
y de socialistas del Siglo XXI. Mientras tanto la vieja oligarquía ortodoxa,
liderada por Capriles Radonski, Corina Machado y Leopoldo López, que perdió el
poder político en 1.998, el cual le suministraba poder económico, se ha
transado en una lucha callejera creyendo que con eso van a quitarle el poder
político a la nueva oligarquía con el apoyo político y logístico de USA, para
fortalecer sus imperios económicos. En fin, la crisis política actual no es una
lucha de clases entre explotados y explotadores, si no una lucha por el poder
político entre oligarquías para disputarse los recursos petroleros. La única diferencia
entre esas oligarquías es que la derrotada en 1.998 es neoliberal y excluyente,
mientras que la roja rojita, aún cuando acumula capitales comportándose como
capitalistas, entrega más recursos al pueblo pero sin control, aumentando la
corrupción administrativa, y aplican un capitalismo de Estado evitando la
construcción de un verdadero poder popular y
Poder Moral o Ciudadano.
ALIRIO GIL, MIEMBRO DEL
SECRETARIADO REGIONAL DE VBR EN EL ESTADO TRUJILLO.
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