Dieterich: ”No
llegará más
allá de marzo/abril de 2014
allá de marzo/abril de 2014
■ Se
trata de Heinz Steffan. Modelo agotado.
■ Cómo
salvar la economía venezolana y el Bolivarianismo.
■ El
ideólogo del ‘socialismo del siglo XXI’ arremete contra la gestión del
presidente venezolano.
■ El
intelectual de izquierda y profesor de la Unam, Heinz Dieterich, ha publicado
hoy en el portal Aporrea, un artículo donde demuele las figuras de Nicolás
Maduro y Diosdado Cabello.
■ Los
escenarios de la eventual caída son evidentes: movilizaciones callejeras
dirigidas por Washington y la derecha, o una alianza destituidora y sustitutiva
entre Fuerzas Armadas y Gobernadores”, manifestó.
■ Va
más allá y se atreve a hacer un pronóstico “Si el gobierno de Maduro/Cabello no
toma medidas inteligentes y drásticas de manera inmediata en lo económico y
político, tiene los meses contados. Bajo esa premisa consideramos que no
llegará más allá de marzo/abril 2014″.
En su artículo Dieterich explica que el modelo
económico impulsado por Chávez no ha tomado ninguna medida de economía
socialista. “El modelo político-económico desarrollado por Hugo Chávez después
del 2003, nunca fue más que un desarrollismo progresista, semejante al primer
gobierno del General Perón. Dieterich insiste en que “dada la incapacidad total
para enfrentar los problemas del país, es poco probable que pueda evitar su
colapso, salvo una reestructuración radical del modelo económico del presidente
Chávez”.
El ideólogo estima que el país podría terminar el
año con una inflación alrededor de 58%, por la inyección de dinero que
supondrán las elecciones municipales y el pago de utilidades.
Esto
forma parte de la inyección de liquidez monetaria que ha aplicado el Gobierno,
que en el último año ha aumentado en 66,5%.
“Ante este panorama, el aumento del 45% al salario
mínimo anunciado por el Presidente Maduro para el 2013, ni siquiera compensa la
pérdida de la capacidad adquisitiva de los trabajadores respectivos”, agregó.
El proceso bolivariano está en crisis y para
salvarlo se necesita una sola cosa: humildad. Así lo aseguró este lunes el
exasesor informal de Hugo Chávez, Heinz Dieterich, en un artículo que publicó
en el portal Aporrea.
“La actitud de autosuficienca del círculo
gobernante (venezolano) es tal que no escucha razones científicas ni de sentido
común. Sólo un peso pesado como Correa o Fidel Castro pueden romper tal
locura”.
Para Dieterich, la revolución bolivariana requiere
de una “reconfiguración a fondo de todo el sistema económico-político, que
abarque los aspectos monetario, fiscal, económico, social, discursivo,
jurídico-penal y político”, basada en el valor real del bolívar frente al
dólar.
Y
es que Dieterich dice: “El destino de la economía venezolana se rige por dos
precios: el del petróleo y el del dólar. El primero lo determina el mercado
mundial. El segundo lo determina exclusivamente el gobierno venezolano”.
El sociólogo alemán Heinz Dieterich Steffan es una
autoridad destacada a la hora de hablar del chavismo. El intelectual supo
asesorar a Hugo Chávez y acuñó el concepto “socialismo del siglo XXI”, que dotó
de contenido a la Revolución Bolivariana. Pero sus críticas al régimen político
que ayudó a edificar lo alejaron de Venezuela. Desde México, donde da clases en
la Universidad Autónoma Metropolina (UAM), cuestionó “las muestras de
debilidad, inmadurez y falta de liderazgo” de Nicolás Maduro.
—¿Chávez se equivocó al elegir a
Maduro?
—En el momento de agudizarse su enfermedad, Chávez
no había preparado a su sustituto. Ante la emergencia, confiaba más en Maduro
que en Diosdado Cabello. Sabía que Maduro era muy limitado. Y también sabía que
no había salvación de esa terrible enfermedad. Posiblemente, dijo: “Que el
Partido y el pueblo se arreglen. Me basta con excluir a Cabello”. Ahora hay que
arreglar la hipoteca que Chávez dejó. Lo que necesita Venezuela es un Deng
Xiaoping para una transición pacífica hacia una economía viable y para la
neutralización de la derecha violenta.
—¿Logrará terminar Maduro su mandato a presidente?
—No creo, no le veo ningún futuro. Lo idóneo sería
dejarlo formalmente como presidente para que “eche sus rollos” en plazas
públicas, pero entregar la conducción de facto a un colectivo de gente capaz de
salvar al bolivarianismo. El problema es que el gabinete está compuesto por
jóvenes arribistas mediocres y, por otra parte, por una vieja generación de
izquierda del socialismo del siglo XX, que actúa como si estuvieran en la toma
del Palacio de Invierno. Ambos grupos están unidos en su afán de poder. Es una
élite de preservación del statu quo, no una vanguardia de transformación
social.
—¿Por qué no estallan las internas
del gobierno?
—Bajo Chávez, la disidencia al líder significaba el
ostracismo. Los que se atrevieron a protestar en las reuniones de gabinete se
expusieron a la ira del comandante. Mi amigo Chávez creó toda una cultura
política de sumisión dentro de la nomenclatura oficialista que perdura hasta
hoy.
—¿Venezuela encarna el socialismo del
siglo XXI?
—Ese modelo nunca se adoptó. El presidente no lo
hizo y las fuerzas políticas como el Partido Comunista y los que se entienden
como trotskistas están totalmente atrasados en su visión política del mundo.
—¿Maduro necesita que el kirchnerismo
continúe presidiendo la Argentina?
—Sí, porque cualquier eslabón de la cadena de
centroizquierda regional que se rompe pone en peligro al resto.
La autosuficiencia de Maduro y el círculo
gobernante está destruyendo el proceso bolivariano. El tema más comentado en
Venezuela.
A continuación el artículo:
■ 1. Salvación instantánea en dos días.
Si Maduro y Cabello quieren salvar el proceso
tienen una solución inmediata: llamen a Rafael Correa, único Presidente
latinoamericano que tiene una comprensión profunda (científica) de la economía
de mercado. Tráiganlo discretamente una tarde con su equipo económico, denle
las estadísticas reales de la crisis para estudiarlas en la noche y pídanle
para la tarde siguiente un plan de rescate. Así evitarán el colapso.
¿Quiere decir esto que Correa es un genio o que en
Venezuela no hay buenos economistas? Claro que no. Entonces, ¿por qué traerlo?
Porque cambiar el rumbo y salvar al Titanic no es un problema de conocimiento,
sino de poder. Todo economista venezolano bueno –keynesiano, neoliberal o marxista–
sabe que hay sólo dos o tres opciones posibles. Pero, la actitud de autosuficiencia
del círculo gobernante es tal que no escucha razones científicas ni de sentido
común. Sólo un peso pesado como Correa o Fidel Castro puede romper tal locura.
■ 2. Fin de parches económicos: necesidad de
reconfiguración total
Hugo Chávez realizó durante su gobierno cinco
ajustes al sistema cambiario, incluso devaluaciones. Ninguno de esos ajustes ha
sido suficiente para impedir el desastre actual. Esta vez se necesita una
reconfiguración a fondo de todo el sistema económico-político, que abarque los
aspectos monetario, fiscal, económico, social, discursivo, jurídico-penal y
político. En una palabra, se necesita un nuevo paradigma de la Revolución.
■ 3. Ganar con las ciencias militares y económicas
Para que la ofensiva estratégica de salvación –la
reconfiguración– triunfe tiene que cumplir con tres requisitos. Dos de la
ciencia militar y uno de la ciencia económica: a) toda ofensiva exitosa
requiere sorpresa, objetivos claros y poder de fuego (surprise, objective,
mass); b) el centro de gravitación tiene que estar definido en términos de
lugar, momento y concentración de fuerzas de la batalla decisiva, para quebrar
al adversario; c) toda reconfiguración tiene que partir del valor real del
Bolívar frente al dólar.
■ 4. Chávez y los precios del destino: petróleo y dólar
El destino de la economía venezolana se rige por
dos precios: el del petróleo y el del dólar. El primero lo determina el mercado
mundial. El segundo lo determina exclusivamente el gobierno venezolano.
Controlar estatalmente el tipo de cambio y los volúmenes de entrega interna del
dólar, fue una sugerencia que Fidel le hizo a Hugo Chávez, en el 2003. Después
de tres intentos de golpe de Estado de la oligarquía/Washington, la medida fue
necesaria y correcta para impedir que la oligarquía colapsara el proceso
mediante la fuga de capitales. Fue funcional a corto plazo para evitar una
hemorragia económica inducida, pero a mediano plazo no podía funcionar en una economía
de mercado abierta. La drástica devaluación del Bolívar que hizo Hugo Chávez en
2010, demostró esa verdad previsible.
■ 5. Chávez compra la paz interna con los petrodólares
Si este desenlace era previsible, ¿por qué el
Comandante mantuvo el sistema cambiario hasta que se convirtió en la bomba de
tiempo que hoy amenaza a destruir el Bolivarianismo? La respuesta es obvia. El
mecanismo se había convertido de un mecanismo de control de la burguesía en un
mecanismo de su cooptación: un mecanismo de cooperación de clase. Por eso,
cuando Vielma Mora y Samán interfieren con esta alianza estratégica de clase,
tomando en serio los discursos “socialistas” del Presidente, tienen que irse.
Fue el mismo Presidente que, apenas instalado los
controles del dólar (2003), permitió que no se aplicó con rigor operativo el
modelo. Su estratagema de comprar la paz interna a la burguesía fue un éxito
político; pero se realizó al precio de corromper el Estado en la entrega
fraudulenta de divisas, de despilfarrar parcialmente el plusvalor económico
petrolero en la pacificación de la burguesía, y de no sanar estructuralmente a
la economía, porque la burguesía venezolana nunca tuvo interés alguno en desarrollar
el país. La única alternativa a esta operación de compra-venta de los
“mantuanos” –una clase dominante antagónica– consistía en destruirla.
Inmediatamente después del golpe fallido y, probablemente durante los años
2004-8, había condiciones para hacerlo. Pero, por las razones que fuesen, el
Comandante optó por no hacerlo.
Las mismas estadísticas del Estado demuestran
irrefutablemente esa política desarrollista de colaboración estratégica de
clases supuestamente antagónicas: la
vieja clase dominante y la nueva clase política “bolivariana”. Lamentable,
esa alianza fue escondida ante las masas mediante un fantasioso discurso de
“socialismo cristiano y bolivariano” y una gigantesca máquina estatal de
propaganda que marginaba a toda persona que pretendía revelar la verdad de lo
que sucedía.
■ 6. La burguesía cancela el contrato de compraventa
Fallecido el Comandante, la burguesía, encabezada
por Henrique Capriles y Henri Falcón, decidió cancelar ese “contrato social”
peculiar. Ante la débil política “New Age” de Maduro y Cabello, completo con
karma y pajaritos reencarnados, no se contenta ya con una fracción del
plusvalor petrolero: quiere el 100%, aún a precio de un trueque … con la sangre
del pueblo.
■ 7. La batalla decisiva: el control del dólar
El precio del dólar es el pilar de las distorsiones
sistémicas de precios y flujos reales de la economía venezolana. Por lo tanto,
es el centro de gravitación de la ofensiva-reconfiguración. Quitarle a la
burguesía su parasitario ingreso en dólares tiene la consecuencia de volver a
la situación pregolpista de antes del 2003.
■ 8. Operación Rescate
Teniendo en cuenta las especificaciones del punto
“3”, se debe flotar el dólar libremente para liquidar de tajo el mercado negro
y la especulación. Para sustentar el valor de la moneda recuperada, todos los
convenios de petróleo y minerales deben realizarse en bolívares. Paralelamente,
es imperativo quebrar los monopolios privados y disolver los cuellos de botella
del Estado que sólo sirven para el enriquecimiento de sectores corrompidos y
privilegiados. La libre importación de mercancías es fundamental para acabar
con el desabastecimiento y las corruptelas permanentes. Tales medidas generarán
a corto plazo un aumento de determinados precios que el Estado tiene que
compensar con subsidios directos a los consumidores y a pequeñas y medianas
empresas, no con subsidios generales a la burguesía, como sucede ahora. La
ventaja de estas medidas es que el sistema de precios volverá a cumplir su
función cibernética de transparentar los precios relativos reales de la
economía y orientar los flujos de trabajo, capital y mercancías y, al mismo
tiempo, deja de servir para expoliar especulativamente a los ciudadanos.
Una vez transparentada la estructura real de
precios en el país se puede establecer un régimen de flotación sucia, de cambio
fijo o un sistema del tipo que usaron Taiwán y Corea del Sur en su fase de
industrialización. Para que funcione tal sistema hay que regular a los
capitalistas y penalizar la fuga de capitales drásticamente, tal como hizo
Corea del Sur en su momento: diez años de cárcel e incluso, la pena capital.
Como éticamente no es justificable la pena de muerte, sería el equivalente de
una penalización de 30 años. Iniciar una política fiscal rigurosa contra la
burguesía y los funcionarios corruptos es fundamental. Y diseñar un discurso
que explique a la población que la sanación de la economía pasa por esta
reconfiguración y que el equipo que lo ejecute es el único garante de la paz
interna y del futuro, es vital.
■ 9. ¿Quién salva el Titanic “bolivariano”?
Escuchar al Ministro de Planificación (sic), Jorge
Giordani, que se acuesta y se levanta con Gramsci y la “hegemonía
revolucionaria”, plantear, que “El regalado se acabó, sea la gasolina, la
electricidad y la vivienda bien dotada”, o cuando se ve a Maduro hablar de
pájaros-reencarnación de Chávez, se asoma la duda de que esa conducción
“bolivariana” haya entendido el dilema en que se encuentra y las formas de
superarlo.
Más allá de la injusticia, la idea de Giordani, de servirle
durante una década a la oligarquía con la cuchara grande y plantear ahora
hacerle pagar al pueblo la nefasta y costosa alianza con la clase dominante, sería suicida políticamente tocar esos
servicios básicos y las Misiones Sociales. El hecho de que Giordani piense en
semejante “solución”, demuestra que está totalmente desconectado de la
realidad, al igual que sus colegas.
La nueva clase política que ha generado el proceso
de Chávez, hoy día ya es el hermano gemelo de la de la 4ta República. Si dentro
de ella puede surgir una dirección colegiada y vanguardista para evitar el
colapso, es dudoso. En la dicción
mística de la nueva clase: ¿Cuál es el karma del Bolivarianismo? O, en buen
romance: ¿Habrá un nuevo Chávez que pacíficamente termine con esta
tragicomedia? Mientras esperamos respuestas a esta pregunta vital, debemos
construir entre todos el modelo económico de salvación que necesitamos.
COMENTARIO
DEL SECRETARIADO POLÍTICO DE VANGUARDIA BICENTENARIA REPUBLICANA, VBR, DEL
ESTADO TRUJILLO.
Heins Dieterich califica de "vieja
clase dominante" al sector social que se enriqueció en funciones
de gobierno desde la dictadura de Juan Vicente Gómez hasta 1.988. A esa clase
dominante nosotros denominamos la oligarquía
tradicional; y a ese nuevo sector social que se ha enriquecido en 15 años
en funciones de gobierno, Dieterich la califica de "nueva clase política bolivariana", VBR de Trujillo ha
denominado a esos nuevos ricos del país la nueva
oligarquía multicolor del PSUV. Multicolor porque los dirigentes nacionales
y regionales del PSUV, que han formado varios grupos de poder en el
gobierno, provienen de varias organizaciones políticas que se identificaron en
el pasado cuarto republicano con sus respectivos colores.